La pintura catalana en el siglo XIX

El siglo XIX ha sido sin duda, una de las épocas de mayor prosperidad económica gracias a eso de la Revolución industrial, donde precisamente en Cataluña tuvo una rápida implantación siendo pionera en la industrialización de la economía del Estado español.

Ese progreso político, económico y social significó una revitalización cultural que culminó en el movimiento de la Renaixença, lo que supuso una nueva reivindicación de la cultura catalana tanto a nivel filológico, literario, y por supuesto el artístico.

Hoy solo un único edificio nos podría servir de referencia en cuanto a la producción pictórica y escultórica del siglo XIX, y se trata del fondo artístico que se conserva en la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge de Barcelona.

Neoclasicismo

El Neoclasicismo (1780 – 1830) supuso un retorno al arte clásico grecorromano en el que los artistas se inspiraban en los cánones de belleza de la Antigüedad Clásica, que muchos siglos atrás había triunfado en Roma, de modo que, la ciudad italiana se convirtió en todo un referente para el resto de los artistas y eruditos de toda Europa.

La escena artística estaba dominada por la Iglesia y la burguesía, y mientras la primera solo respondía a encargos religiosos, la segunda solo comisionaba retratos. Para ambos casos resultaba difícil introducir el canon de belleza de la antigüedad clásica en la pintura, y más aún cuando las referencias eran escasas, pues eran muy pocos los modelos tanto griegos como romanos los que habían llegado hasta entonces, de ahí que el neoclasicismo impregnase sobre todo en la escultura.

En Cataluña el arte neoclásico llegó más tarde que en el resto de los países europeos, de hecho, hasta 1808 muchos artistas eran de estilo barroco. Entre 1808 – 1814 en plena Guerra de la Independencia los encargos además fueron escasos.

No obstante, el impulso de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona fue decisivo para la consolidación del arte catalán, y aunque, sobre todo para los escultores catalanes, la Junta de Comercio se encargaba de enviarlos a la ciudad italiana, pensionados, para que se formasen en la  Scuola de Nudo, en la Llotja, se empezaban a impartir las primeras clases de dibujo y pintura de influencia francesa impartidas por el artista provenzal Joseph Flaugier, autor de uno de los mejores retratos de José I Bonaparte.

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Otros pintores neoclásicos fueron Vicenç Rodés, retratista de gran calidad técnica, y Salvador Mayol, un pintor que a pesar de cultivar numerosos géneros (bíblico, religioso, mitológico) destacó principalmente por el costumbrismo satírico de influencia goyesca.

15. Un café durante el carnaval. NEOCLASICISMO 684x1024 - La pintura catalana en el siglo XIX

Romanticismo

El Romanticismo fue un movimiento de gran libertad creativa en la que los artistas se abrieron al mundo de la imaginación, de la fantasía, de los sueños de la manera más subjetiva y personal. Este fue el modo que los románticos eligieron para enfrentarse contra los conceptos académicos del arte, para reivindicar la figura del artista como genio creador, y no regido por unas pautas.

Respecto a la pintura romántica que es el tema que nos ataña, vemos como tiene su primera figura capital en Lluis Rigalt, un pintor y dibujante español que proveniente de una familia de artistas, está considerado como el primer paisajista natural de Cataluña, y, por lo tanto, predecesor de los paisajistas catalanes de fin de siglo XIX.

Actualmente el grosor de su producción se encuentra en la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge, con más de setecientos dibujos y óleos, y en menor medida en el MNAC y el Museo del Prado.

Otro de los movimientos de mayor influencia durante esta etapa fue el movimiento alemán de los Nazarenos, con el que se pretendía revivir la espiritualidad y honradez del arte cristiano medieval, en el caso de los artistas catalanes imitando la obra artística de uno de los maestros más importantes del Renacimiento, Rafael Sanzio, ya que, para ellos, él, era el ideal del purismo artístico.

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Algunos de los pintores más destacados adscritos a esta corriente fueron Claudio Lorenzale, quien acabó fundando su propia academia teniendo alumnos tan importantes como Mariano Fortuny. Entre sus obras más conocidas se encuentran Origen del escudo del condado de Barcelona y Jael y Sísara, ambas en la Real Academia Catalana de Bellas Artes de San Jorge. Otro de los grandes fue Pelegrín Clavé, y entre sus obras destacamos El buen samaritano y El sueño de Elias.

16. Origen del escudo del condado de Barcelona. ROMANTICISMO - La pintura catalana en el siglo XIX

Realismo

Hacia mediados del siglo, y por influencia francesa, se impone en Cataluña el realismo, un movimiento con el que se vuelve a la disciplinada y estricta observación de la realidad y a la expresión naturalista del mundo circundante.

El artista por excelencia de esta corriente fue Ramón Martí Alsina, que vio sus raíces influenciado por Lluis Rigalt y sus paisajes, un género por aquellos entonces muy apreciado y cultivado en Cataluña.

Pero no solo se dedicó al paisajismo pues entre muchos temas encontramos vistas urbanas de la ciudad condal, retratos, desnudos femeninos, escenas costumbristas, bíblicas, y de historia de grandes dimensiones como la de El gran día de Gerona que se conserva en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Otro artista fue Joaquín Vayreda, uno de los paisajistas catalanes más destacados del siglo XIX, y fundador de la llamada Escuela de Olot, cuyo concepto y estilo estuvo influido por la Escuela de Barbizon francesa, si bien, ya en su última etapa sus pinturas llegaron a aproximarse al impresionismo.

Alejándonos del paisaje nos encontramos con Francisco Sans Cabot, que, formado en la Escuela de la Lonja de Barcelona, con el tiempo se especializó en pintura de historia, destacando su cuadro Episodio de Trafalgar. En 1873 fue nombrado director del Museo del Prado haciéndose cargo de la restauración de muchas obras antiguas.

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Y, por último, no nos podríamos ir sin nombrar a otro de los grandes, Mariano Fortuny, considerado uno de los pintores españoles más importantes del siglo XIX después de Goya. Formado en el nazarenismo y entre sus numerosos viajes a Roma, donde perfeccionaría sus técnicas realizó alguno de sus cuadros históricos más conocidos, como el de la Batalla de Tetuán, y algunos de una temática hasta el momento poco dada, la orientalizante, cuya obra más famosa es la Odalisca.

17. El gran día de Gerona. REALISMO 1024x474 - La pintura catalana en el siglo XIX

Modernismo

Las primeras pinturas modernistas empezaron a hacerse públicas en exposiciones particulares en muchas de las galerías barcelonesas, pero especialmente en la Sala Parés, ya a finales del siglo XIX principios del XX.

Enseguida destacaron nombres como el de Santiago Rusiñol o Ramón Casas. Estos pintores catalanes tuvieron breves estancias en la ciudad de París, y caracterizados por un estilo de temática naturalista y ambientes sombríos, muy influenciados sobre todo por pintores impresionistas franceses.

Algo más tarde se percibió la influencia de otro de las corrientes imperantes y puestas de moda en Europa en estos momentos, el simbolismo, practicado por el mismo Rusiñol, y otros artistas quizás menos conocidos, pero no por ello pintores importantes tales como Joan Llimona, Adrià Gual y Alexandre de Riquer.

Y finalmente, en un llamado postmodernismo, nos encontramos con los tres mejores artistas que representan dicho movimiento de la mano de Isidre Nonell, Joaquim Mir o Hermenegildo Anglada Camarasa, así como la presencia de un joven Pablo Picasso que en sus inicios se adentró en el ambiente modernista, un hecho que le supuso un cambio en su trayectoria y su adscripción al arte vanguardista para desembocar finalmente en el cubismo.

18. Santiago Rusiñol. MODERNISMO - La pintura catalana en el siglo XIX

 

 

 

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