¡Ains! cuántos y tantos amores han seguido adelante a modo de súplica y con anillo en mano arreglando aquello que un día estropearon… seguro que más de alguno o alguna, pero es más propio de los algunos, los que se habrán sentido identificado con estas palabras. Picasso, fue uno de ellos, sin embargo, y como buen artista que fue, no le bastó ni tiempo ni lugar para diseñar el que sería el anillo de la reconciliación para por aquel entonces su compañera de vida, Dora Maar, el mismo que hace un par de meses salió a subasta en Sotheby´s por la cantidad de 570.000 euros, ¿le perdonaría?
Dora Maar: la fotógrafa de Picasso
Desde luego mujeres a Picasso nunca le faltaron, presumía de ser un maestro de la seducción, y ello explica las más de nueve relaciones que mantuvo con distintas mujeres, siendo una de ellas, Dora Maar.
Su relación comenzó en 1936, poco tiempo antes de estallar la Guerra Civil Española, y se conocieron en el legendario café Deux Magos de París, un lugar de reunión que a menudo era frecuentado por los intelectuales y artistas de la década del año 20 y 30. Ella, pintora y fotógrafa de 29 años, salía de una relación complicada con el filósofo Georges Bataille, Picasso, un pintor ya de renombre de 55 años, que aún seguía casado con la rusa Olga Khokhlova.
Durante siete años, y al igual que sus anteriores romances, ella fue su musa, sin embargo, y como de costumbre, se cansó de sus curvas de mujer y acabo sustituyéndola por la jovencísima Francoise Gilot. Dora, nunca superó esa separación, acabando en un psiquiátrico y refugiándose en la religión, alejada de su triste realidad y dejando a un lado esa rica vida social dentro del círculo intelectual y artístico parisino.
Murió en el año 1997, a los 89 años, en la soledad y el silencio, pues tan solo trataba con su asistenta, su confesor, su vecina y un par de amigos, en su casa de la rue Savoie 6 de París, a la que tan solo abandonaba para ir a su otra casa de Ménerbes, un regalo de Picasso.
Las joyas de Dora Maar
Tras su muerte, su casa parisina bien pudo considerarse una casa – museo dedicada exclusivamente a Picasso. Marc Blondeau, director y fundador de la casa Sotheby´s de París, fue uno de los encargados de catalogar y valorar los más de 60 dibujos del artista que hallaron, así como 10 pinturas digna de muchos millones, fotografías que ella misma tomó a Picasso en algunos de sus trabajos, algunos tan interesantes como el proceso pictórico del Guernica y varias joyas, entre las que destacaban anillos, broches y amuletos tallados por el mismísimo Picasso durante su tumultuosa relación.
Estamos hablando que nos situamos un año después a la muerte de Dora Maar, es decir, en 1998, y ya informaron de la existencia de esas alhajas diseñadas por Picasso para que saliesen a subasta, sin embargo, eran tiempos en los que todo el interés estaba centrado en las pinturas y no en las pocas joyas que el artista diseñó.
Hasta ese momento se desconocía por completo esa faceta de Picasso como diseñador de joyas, y fue gracias a James Lord, un amigo de ambos, quién al realizar una biografía sobre dicha pareja, cuando se supo de la existencia del anillo que hace pocos meses salió a subasta.
Según cuenta Lord en esa biografía, todo empezó con una fuerte discusión cuando Picasso le reprochó a Dora de haberle convencido de vender una obra suya a cambio de lo que él denominó “una chuchería”, un anillo de oro con un rubí cabujón. Ella enfurecida se quitó el anillo de su dedo y acabo arrojándolo al río Sena desde el Pont Neuf que eran donde se encontraban.
Meses después ella se arrepintió de lo sucedido, y aunque al poco tiempo después el río fue dragado y volvió con la esperanza de recuperarlo, lo perdió y para siempre.
El anillo diseñado por Picasso
Dora arrepentida y Picasso sintiéndose culpable, se las ingenió para diseñar un anillo, para una mujer según dicen “no aceptaba joyas convencionales”, pues así lo confirmaba un experto en joyería, Philippe Serret, que se había encargado de catalogar y valorar todas las joyas que Dora tenía en su colección.
Cada joya estimó que podría valer entre unos 3.000 y 16.000 dólares, y aunque ya en su día le recriminaron de infravalorar esas piezas con un precio muy bajo, él insistió en que al fin y al cabo no era el material con el que estas habían sido realizadas, sino más bien el valor sentimental lo que le incrementaba el valor de las piezas.
Entre esas piezas, se hallaba el anillo que Picasso diseñó para Dora Maar, se trataba de un diminuto retrato del rostro de ella realizado fielmente a sus principios cubistas, esbozados con lápices de colores y posteriormente montado sobre un anillo de metal pre – hecho, de marcasita con flores enrejadas.
Como veis, no se trata de una pieza de joyería fina y de piedras preciosas, sin embargo, y ya por el mero hecho de diseñarlo Picasso, salió a subasta en 1998 con un precio de salida que estimaron por 16.5000 dólares, y por el cual llegaron a pagar casi 108.000 dólares.
El 21 de junio, y diecinueve años después, salió de nuevo a subasta en la casa londinense Sotheby´s con un precio de 570.000 euros para venderse finalmente por 737.311 dólares (unos 620.000 euros) siete veces más de lo que se pagó en aquella venta de bienes en París de 1998.
- A los 11 años visité el Prado por primera vez y jamás volví a ser el mismo.
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