A Eugenio d’Ors (un conocido crítico de arte español) no le bastó con una hora para visitar el Museo del Prado, pero sí que lo hizo en tres, y tanto le cundió aquella mañana “tres horas completas dedicadas al goce del arte, que mejor ejercicio y fruición, que el sueño y la vida” que acabó convirtiéndose en un ensayo de referencia para los amantes de este oficio “Tres horas en el Museo del Prado” que publicó en el año 1949.
Ahora la pinacoteca madrileña ha optado por incluir en la sección de “Recorridos recomendados”, tres itinerarios para admirar su colección permanente de una forma muy singular, sobre todo para aquellos que no tienen tiempo: 15 obras maestras en una hora, 30 en dos horas y 54 en tres horas.
Y es que, aunque suene desmesurado, por eso de que el Prado no es suficiente ni con un día, habrá quienes se encuentren con la inevitable traba del tiempo, sin embargo, no por ello uno debería de dejar de adentrarse y descubrir cosas nuevas, es más, el propio d’Ors aconsejaba en su libro, que la visita siempre y cuando fuera posible mejor que no excediese de los 180 minutos, no sea que vayas a quedar fulminado por el conocido síndrome de Stendhal, y es que, aunque no lo crean, todo ser humano tiene un límite para soportar tanta belleza.
Una hora en el Museo del Prado
Si optan por la visita de una hora deberán saber que no se podrán ir sin haber descifrado los mensajes ocultos del Jardín de las Delicias, esa fantasía del Bosco sobre el pecado. Sin haberle dedicado que menos que diez minutos para dejarse encandilar por una de las escenas religiosas más bellas de la Historia del Arte, El Descendimiento, de Rogier van der Weyden, ¿Cómo no emocionarse con las lágrimas de San Juan?
Luchen contra los japoneses para que entiendan en toda su complejidad la simbología que se esconde tras las Meninas de Velázquez y su hermosa composición. Y reservan otros tantos minutos para observar la que está considerada una de las 15 mejores obras del Prado, la Inmaculada Concepción de Tiepolo. Tampoco se les permitiría abandonar sin que sean capaz de enfrentarse a Los fusilamientos de Goya. ¿Y que me decís de la pintura de Carlos V en la Batalla de Mühlberg de Tiziano? ¿acaso no es uno de los retratos ecuestres más atractivos del museo?
Las Tres Gracias es otra de las obras más expectantes del museo, al igual que el Autorretrato de Durero, el artista más famoso del Renacimiento alemán. ¿Y que hacemos con El caballero de la mano en el pecho del Greco? Un excelente ejemplar de la retratística de su tiempo.
Para ver la bellísima Anunciación de Fra Angélico, tendrán que esperar, pues se encuentra en plena restauración preparándose para la muestra que el museo le dedicará en su bicentenario.
Estas son algunas de las obras seleccionadas para este pequeño pero intenso recorrido, quizás no se encuentren todas las que les gustarían ver, dado que cualquier selección seria discutible. Y es que como bien dijo Eugenio d‘Ors “el mejor fruto de una visita al Museo del Prado se encuentra en la necesidad de volver”.
Selección de obras
A continuación, le mostramos las 15 obras seleccionadas por el Museo del Prado que no te podrías perder si tan solo cuentas con una hora para visitarlas. He aquí las “agraciadas”.















- A los 11 años visité el Prado por primera vez y jamás volví a ser el mismo.
- Amante de la Historia, la Cultura y las Bellas Artes.
- Desarrollador web y SEO desde 2003.
Yo hubiera añadido La Rendición de Breda de Velázquez.
Buena aportación!