Hay cosas de las que uno no debería dudar nunca, como por ejemplo que Van Gogh, es hasta la fecha, uno de los pintores postimpresionistas más conocidos de la Historia del Arte.
Nació en Holanda, en 1853, y a diferencia de otros grandes artistas que inician sus carreras artísticas a muy temprana edad, Van Gogh, comenzó a pintar cuando tenía 27 años, tras anteriormente haber trabajado en una compañía internacional como vendedor de arte, de la cual fue despedido por anteponer su gusto personal sobre las ventas que este debía hacer.
La clave de su fama, una fama que nunca llegó a conocer, fue cuando en 1885 decide marchar a París, allí, e influenciado en parte por algunos pintores impresionistas franceses, convirtió aquella primitiva paleta de colores terrosos y sombríos, en otra, repleta de colores alegres y vistosos. Que pena, que toda esa alegría que desprendían sus pinturas, fuese un falso reflejo de su deplorable existencia, pues no tuvo una vida fácil.
A menudo le daban brotes psicóticos, que le llevaron sobre todo ya en los últimos años de su vida, a ser internado en un asilo, lo mejor, es que gran parte de sus obras, dieron sus frutos allí, encerrado en cuatro paredes.
Y no es que su vida fuese ardua, sino que también fue corta, pues Van Gogh acabó con su propia vida cuando tan solo tenía 37 años de edad, y, aun así, en los diez años que se dedicó de pleno a la pintura, dejó un legado formado por más de 900 pinturas y 1600 dibujos.
Y entre ellas, su mítica Noche Estrellada, una de sus obras más conocidas y desconocidas a la vez, pues hoy descubrirán en el discurrir de las siguientes líneas, cosas que quizás no sabían de tan admirada pintura.
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Fue pintada estando interno en un asilo de cuidados psiquiátricos
Van Gogh, fue siempre una persona incomprendida, incluso hasta por los mismos médicos, que nunca supieron diagnosticarle con certeza lo que padecía. En el invierno de 1888 y tras haber sufrido una especie de colapso mental, pues a menudo sufría de ataques epilépticos, alucinaciones e ideas delirantes, fue internado en el hospital psiquiátrico Saint-Paul-de-Mausole, en Saint-Rémy -de-Provence. Allí, y desde la ventana de su habitación, pintó la Noche Estrellada, aquellas vistas fueron por lo tanto la base de su inspiración, o al menos así lo quedó reflejado en una de las cartas que escribió a su hermano Theo, “Esta mañana, desde mi ventana, he visto el campo antes del amanecer, con nada más que la estrella de la mañana, la cual era muy grande”.
La vista fue producto de su imaginación
El cielo, las estrellas, el campo… ¿Saint – Rémy?. Historiadores expertos en la vida de Van Gogh han determinado con el tiempo, que el pintor se tomó cierta libertad a la hora de pintar el cuadro, pues desde aquella ventana es imposible verse la provincia de Saint – Rémy, lo cual parece ser que se pudo basar en varios bocetos previos realizados de la ciudad o inspirarse en su ciudad natal, Holanda.
Alude a la muerte
Existe una única razón por la que numerosos historiadores coindicen en el hecho de que, con esta obra el pintor quiso aludir a la muerte, y es a través de esa representación del enorme ciprés que aparece en el primer plano. El ciprés, es un árbol, que de siempre se ha vinculado a la muerte, de ahí, que muchas veces lo veamos situados cerca de los cementerios, sin embargo, en ocasiones, ese significado, se ha visto alterado, pues hay quienes defienden de tratarse de todo lo contrario, y en vez aludir a la muerte, sea a la vida eterna, simbolizada con la altura que muchos de estos árboles pueden llegar alcanzar.
Van Gogh y sus Noches Estrelladas
A pesar de ser esta la primera en reconocerse a nivel mundial, ya antes Van Gogh había pintado otras noches estrelladas, y son las conocidas como La Noche Estrellada sobre el río Ródano hoy en el Museo de Orsay y previa a esta, Terraza de café por la noche en el Museo Kröller-Müller. En las tres puede verse esa pasión que el pintor llevo a cabo por captar aquellas luces que desprendían las estrellas en el cielo nocturno.
La pintura es un fracaso
Y sí, por extraño que pueda parecer, este era su dictamen sobre la pintura, es más, sobre esta obra, La Noche Estrellada, también expresó que no le transmitía mucha confianza, le parecía vacía y sin sentido, de hecho, de todas las obras que realizó a lo largo de su corta vida, muchas pertenecientes a la serie de Saint Remy, escribió de nuevo a su hermano “ de todos mis trabajos realizados, los únicos que considero satisfactorios son Los Comedores de patata (su obra favorita) La Montaña, El campo de trigo, La Huerta, El retrato, Los Arboles de Olivo con colinas azules y la Entrada a la Cantera, el resto no me dice nada”. ¿Que pensaría ahora de esa fama que su pintura fracasada ha provocado?
Esa estrella brillante, era el planeta Venus
Así leído puede resultar desconcertante, pero fue un dato descubierto por el historiador Albert Boime, cuando investigando, comparó con la ayuda de un planetario cómo se vio el cielo aquella noche en la que el pintor escribió, el 19 de junio de 1889. Ambas estrellas eran casi idénticas, siendo el mismo Albert quien acabó confirmando que aquella figura brillante del cielo, era el planeta Venus. De esa manera nos podemos hacer una idea de lo detallista que era Van Gogh a la hora de pintar todo aquello que su mirada podía alcanzar.
Su cuñada le dio la fama
Van Gogh a pesar de ser hoy día un reconocido pintor, la fama como ya dijimos anteriormente le llegó tras su muerte, es más, estando vivo tan solo vendió dos obras, entre las cuales La Noche Estrellada no se encontraba. Cuando este fallece, lega todas sus obras a su hermano Theo, quién desagradecidamente fallece un año después, de modo que todas las pinturas pasaron a las manos de la esposa de Theo, Johanna Gezina van Gogh- Bonger, la misma que se encargó de mostrar el mundo el talento del pintor y aquellas historias ocultas de sus cuadros, promocionándolo y dándole su merecida gloria.
Museo de Arte Moderno de Nueva York
La Noche Estrellada fue vendida por primera vez en el año 1900 al poeta francés Julien Leclerq, quien a su vez se la vendió al pintor post impresionista Émile Schuffenecker. Seis años más tarde, Johanna la compra de nuevo, con la intención de donarlo a la Galería Oldenzeel, en Rotterdam.
Actualmente se encuentra en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMa), y la primera vez que se expuso al público fue en el año 1931, cuando formaba parte de la colección de Lillie P. Bliss, una de las principales coleccionistas de arte moderno de Nueva York, quien junto a Mary Quinn Sullivan y Abby Aldrich Rockefeller contribuyó a fundar el ya mencionado museo. Al fallecer, su hija Lillie donó gran parte de los cuadros al museo, sin embargo, entre ellos la Noche Estrellada no se encontraba, fue 10 años después cuando decidió venderla, junto a tres obras más y desde 1941, se encuentra expuesta ante la atenta mirada de los cientos de millones de visitas.