La semana pasada publicábamos aquí, en nuestro blog de Arte&Subastas, una recopilación sobre cuáles habían sido las obras de arte mejor pagadas, en las diferentes casas de subastas españolas, en este año ya pasado, el 2017.
De entre ellas, ese famoso Retrato de niña o Joven Inmaculada, del gran maestro sevillano, Diego Velázquez, por la que un coleccionista español llegó a pagar nada más y nada menos que la cantidad de 8 millones de euros, un precio, que sin duda acabó convirtiéndola en una de las pinturas más polémicas del año.
Y he aquí, donde entra en juego el Estado, pues ya en su momento se dijo cómo tratándose de una obra de tan admirable maestro, de su primera etapa, de la cual no son muchas las obras que se conservan, el Estado tan solo se revelase para declararla inexportable, pero no por su compra.
De modo que nos perdemos ver expuesto este “posible” Velázquez, quizás en algunas de las salas del Museo del Prado, sin embargo, nos quedamos con otras, no muchas, porque no ha sido este un año donde el Estado haya intervenido en numerosas pujas, pero igualmente les mostraremos cuales han sido las obras por las que si ha apostado.
Las subastas primaverales
La primera de las obras que compró el Estado, fue en el mes de marzo, cuando Ansorena sacó a la venta un boceto, Interior palaciego, de Eduardo Rosales, sobre el lienzo de la Presentación de don Juan de Austria al emperador Carlos V, en Yuste, que se encuentra en el Museo del Prado.
Apenas 3.000 euros bastaron para hacerse con él, lo que demuestra hasta que punto esta desvalorizado el que ha llegado a ser uno de los pintores españoles más destacados del siglo XIX, y como las continuas falsificaciones sobre el mismo han hecho mella en su cotización.
En la misma sala, pero en el mes de mayo, se hacía con otro lienzo del pintor catalán, Mariano Fortuny, Paisaje Napolitano, por 45.000 euros, actualmente expuesto en el Museo del Prado.
Cambiando de sala, pero no de mes, en Segre, compraba dos piezas por el precio de salida, 6.000 euros, por el único libro de Juan de Arfe con anotaciones de Ceán Bermúdez de la Descripción de la traça y ornato de la custodia de plata de la santa iglesia de Sevilla, y 21.000€ por una de las pocas obras puntillistas de Darío de Regoyos, Hórreo. Asturias II (1891).
En Goya, y como era de esperar, el Estado se hizo con una segunda o tercera edición de Los Caprichos de Francisco de Goya, por el mismo precio de salida, 18.000 euros.
Ya en el mes de junio, en Alcalá subastas, compró el Códex de Trujillo del Perú o Martínez Compañón, por unos más que atractivos 45.000 euros.
Pocos días después, en Ansorena, adquiría una obra de Miguel Viladrich, el Jalifa de Tetuán, con un importante marco de mocárabes, por la cantidad de 4.500 euros, coincidiendo con la exposición de los Tesoros de la Hispanic Society en el Museo del Prado.
Las subastas invernales
Pasadas ya las fechas veraniegas, y concretamente en octubre, en Abalarte, se hacía con una copia del Greco, fechada en 1664, y firmada por la pintora granadina Mariana de la Cueva Benavides y Barradas, por tan solo 1.200 euros.
En Alcalá, adquirió varias obras, la primera de ellas, una Vanita, del Círculo de Tomás Yepes o del Maestro de la Vanitas, de la colección Ruiz-Giménez, por 80.000 euros, para el Museo de las Artes Decorativas de Madrid. La segunda, una pareja de lienzos, San Judas Tadeo y San Felipe, de Antonio María Esquivel (1834), que pertenecieron a la serie pintada para el Cabildo de Sevilla, por el mismo precio de salida, 10.000 euros. Y, en tercer lugar, una miniatura sobre la Alegoría de la ligereza del amor, de Juan Gálvez, por 2.250 euros.
Ya en el mes de diciembre, las compras se volvieron de nuevo a darse en Alcalá Subastas. Por 9.000 euros, consiguió una obra realizada para los históricos encuentros de Pamplona, por el Equipo Crónica en los años sesenta, Espectador de espectadores.
Esa misma tarde, la casa de subastas también ofrecía una amplia colección de miniaturas, de las cuales cinco fueron adquiridas por el Estado. La más significativa, fue el Retrato de una dama, del pintor sevillano Antonio María Esquivel, que, de los 1.500 euros iniciales, llegó al total de 3.750 euros. Otro fue, el Retrato de un caballero, del reconocido Florentino de Craene, que se adjudicó por el mismo precio de salida, 1.200€.
De José Udías, también otro Retrato de un caballero, del año 1832, que subió de 250 a 1.000 euros. La miniatura de Francisca Ifigenia Meléndez, Retrato de dama con tocado de plumas, comprada por 2.500 euros, y finalmente, un Retrato de Isabel II sobre porcelana, de Sophie Lienard, que alcanzó los 3.500 euros.
- A los 11 años visité el Prado por primera vez y jamás volví a ser el mismo.
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